En 2008 y 2009, el mundo sufrió la crisis económica y financiera más perjudicial en 50 años. La crisis ha generado muchos interrogantes acerca del funcionamiento del mercado, el papel del Estado y de los gobiernos en la economía y la contribución del mundo empresarial a la sociedad. Aunque este debate sea legítimo, hay que reconocer que la economía de mercado ha aportado un gran crecimiento y bienestar a los ciudadanos europeos.